— Lina Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de Las Mujeres —OEM—de la universidad Icesi, celebra el logro. Pero hace dos críticas grandes con base en investigaciones en Guapi, Tumaco y Buenaventura.
— A pesar de los pocos jueces que hay en el Pacífico y de los que no deciden porque tienen creencias religiosas contrarias. La experiencia con la C-355* es que centros de salud enteros objetan conciencia, explica la investigadora.
Con el peso actual de la bancada de mujeres y el hecho de que los conservadores de alguna manera defienden los derechos de las mujeres, según Buchely.
* Hay que invitar a las parteras a hablar de aborto, por ejemplo, dice Laura Blandón investigadora del OEM.
—En Guapi, Tumaco o Buenaventura la maternidad no es vista necesariamente como una limitación a la autonomía.
— “La justicia reproductiva basada en el aborto parte de que las mujeres no somos un útero. Pero en otros imaginarios la maternidad es un destino construído culturalmente. Una forma de trascender, proyectarse y conectarse”, dice Buchely, la investigadora.
En comunidades donde el deseo y la procreación tienen funciones familiares importantes en la organización social, según Buchely.
— “El sistema de salud y el sistema judicial son débiles en el Pacífico, pero el sistema cultural es muy fuerte y abortar tiene un costo social muy alto”, dice Laura Blandón, también investigadora.
* Un estudio de Isabel Cristina Jaramillo y Tatiana Alfonso mostró que tras la C-355/06 disminuyeron los abortos.
Esa sentencia dio lugar a un contramovimiento provida.
“De Buenaventura, por ejemplo, hace cerca de cinco años se fue Profamilia por falta de presupuesto. Los efectos han sido desastrosos”, dice Buchely, la directora del OEM.
También, a estar atentas para que no haya retrocesos*.